HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS

HallO!!!

Si si, ya se que me van a decir "siempre dices eso Jimena", pero aHhHh!!! Para éstas épocas del año, yo ya debí de haber salido de la escuela y estar disfrutando de mi casita posteandoles...

Pero éste año la cruda realidad es otra y debo de asistir a ese lugar que me hace sufrir con examenes y ensayos...

Ya no quiero que pase más tiempo y les dejo la 6° parte de la historia
"LA ASESINA Y EL LOBO" que nos envía nuestra amiga XIMENA!!!


El sueño que se convirtió en pesadilla

Veía claramente en sus miradas que ansiaban que continuase.
Bueno Edward, se que Emmett te torturara hasta que le cuentes todo y se que no lo harás por que respetaras mi silencio. Pensé ese momento, cuando vi su rostro parecía imaginar como Emmett lo haría… pero a decir verdad me alegro compartir mi existencia con ellos y continué:

--Me aloje en una torre del gran castillo, cada cierto tiempo Marco venia y pedía que le contara mi vida humana. Accedí claro ya que al recordar cada cosa intentaba que quedara sellada en mi mente pero sabía que a veces llegaba para que enviase un mensaje.
Pasaron muchos años y un día en que Heidi traía humanos para… bueno entre ellos había una niña que cuando mis ojos se posaron en ella no daban crédito, en ella veía el rostro de mi hermana talvez con uno o dos años mas tenia cierta similitud ¿soñaba? No, era claro que no podía hacerlo nunca más pero ahí estaba, mi corazón en un solo segundo tomo la decisión. Debía alejarla de ahí y esconderla para luego sacarla del país, no había mucha esperanza pero tenia que intentarlo.
Fueron Jane, Félix y Demetri quienes me detuvieron ya que el aroma de la niña era demasiado fuerte, me inculparon de tratar de esconder a la niña para luego transformarla en uno de nosotros. Tenia a la niña en mis brazos y la garganta ardía por la sed pero el miedo a perderla nuevamente era mas fuerte ella lloraba silenciosamente sin parar, uno de los guardias se la llevo y a mi me llevaron a el centro de el salón de los tronos.
Mis vigilantes: Demetri y Félix esperaron a que los tres patriarcas entraran y dieran un veredicto ese que ellos deseaban. Mi muerte.
De pronto ellos entraron silenciosos como sombras tomando asiento en cada trono.
--Se te acusa de acusa de esconder a una infante para luego convertirla en una de nosotros – promulgo Cayo.
--¿Cómo te declaras? – inquirió Aro.
--Inocente. Mi intención era protegerla, sacarla jamás tuve la intención de transformarla.
Ese instante se abrieron las puertas dejando pasar a Jane con la niña.
--¿Qué piensan hacer? –inquirí nerviosa al tiempo que Demetri y Félix me sostenían de ambos brazos.
--Déjenla ir ella es inocente ¡por favor! – suplique.
--Es imposible ella sabe sobre nosotros – espeto Cayo con voz tan fría como hielo.
--Jane querida – dijo Aro.
Solo veía a la niña y a las lagrimitas silenciosas caer una sin medida su mirada era una muda suplica pero ellos no se inmutaron de su dolor. Jane estaba tras de ella y se agacho como si quisiera abrazarla y hablarle al oido.
--Aléjate de ella Jane – sisee y luego un gruñido gutural surgió de mi interior. Ella no hizo ningún caso a mi advertencia y empezó a quitarle la vida.
--¡¡¡NO!!! – grite. Y empecé a tratar de liberarme moviéndome sin cesar sin dejar de verla.
--¡SOFITIA! – exclamo Marco.
Ese momento me quede petrificada y una frase llego a mi mente: “confía en él “entonces fije mi rostro donde él estaba, no se había movido un centímetro y su rostro era frió y calculador.
Mi mirada volvió hacia la niña.
--Jane te lo ruego ¡detente! ¡Para! es solo una niña – gemí.
Pero era ya demasiado tarde la vida de la pequeña se había esfumado y con ella mi voluntad.
Jane entonces dejo cae su cuerpo marchito.
--Tu traición debe ser castigada con la muerte – espeto Cayo.
Apenas lo escuche solo veía a la niña pálida y sin vida.
--No – musito Marco – ella esta bajo mi tutela y debo ser quien decida su castigo.
--Querido hermano recuerda que debe ser un castigo ejemplar.
--Lo se Aro – respondió Marco.
Mis fuerzas cedieron y caí de rodillas ya no me importaba nada vivir, morir nada.
Marco se acerco como una sombra hasta quedar frente a mí. Lo mire con ojos impregnados de dolor.
--Solo deseaba… protegerla – solloce con un nudo en la garganta.
Su mirada no tenía ningún rastro de sentimiento, solo frialdad.
Se volvió hacia un guardia y le hizo una señal este desaprecio y en menos de treinta segundos el trajo una espada con su hoja al rojo vivo de calor.
--Desnuden su espalda – murmuro Marco.
Félix y Demetri le obedecieron me dieron media vuelta y desgarraron mi ropa dejando al descubierto mi espalda. De reojo pude ver que Marco tomo la espada y lentamente hizo tres cortes verticales, el dolor era inmenso pero era más la perdida de esa niña de quien no conocía ni su nombre. Aro y Cayo creyeron que era poco el castigo pero Marco les dijo:
--¿Es que acaso no respetaran mi juicio? – musito con voz seria. Aro no dijo nada y Cayo prefirió ignorarlo.
Después de ello Marco me confino a el exilio en las afueras de Volterra alegando que seria parte de mi castigo pero para mi fue un gran alivio ya que esto me dio fuerzas para cambiar mi forma de alimentación. Marco dejo de pedirme que enviara más mensajes por un tiempo y solo venia a dejarme libros o a que le contara más de mi corta vida.
Gracias a él estoy ahora aquí junto a ustedes.
Todos se quedaron en silencio meditando mis palabras. Solo fue Carlisle quien vio mis cicatrices un día después aprovechando que los demás habían salido a cazar ya no eran tan notorias me aseguro él pero yo sabia que gracias a ellas yo estaba aquí..


El lunes ya tendremos la continuación de ésta 6° parte ehh!!!

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