Lunes de mitos, historias y leyendas

Hola mis queridos vampiros, licántropos y humanos!!

Hoy como cada lunes de historias, les traigo la 2 parte de la DIAS DE IRA que nos mando Hatsumaku Yukituny.

Disfrutenla, pues es el gran final.

DIAS DE IRA (ULTIMA PARTE)

Son solo sombras en lo alto de la muralla que rodea una cuidad tan pequeña como esta. Una protección que es nula esta noche son esas piedras sobre los que veo alzarse sombras de siluetas humanas. Siluetas que, agachadas en una pose de animal a punto de atacar, me resulta difícil diferenciar entre la femenina y lo masculino. Nade sabe nada de ellos, nadie quiere saber mas de lo necesario. Hay un tratado, sacrificios a cambio de paz. La muerte de unos cuantos sin suerte dan vida a la cuidad. Todos saben que los ofrecidos mueren, nadie sabe como.
Se han erguido aun sobre la muralla y veo que en verdad son humanos. Tienen cuerpo humano. Son solo diez, diez demonios humanos, y podré vengarme al fin.
Empiezo a sacar mi espada y en un instante desparecen. No han caído a un lado o a otro, simplemente ya no están.
Sobre mi un sonido áspero, la risa de un hombre, le da chispa a mis nervios y en un segundo termino con la espada completamente descubierta. Sin embargo el hombre solo extiende el brazo y deja caer una esfera negra. Cae sobre la cuna de la luz que proporcionaba llamas amarillas y la luz se vuelve añil. Ríe de nuevo y se destapa el rostro. Mi vista permanece en lo alto cuando su rostro se coloca súbitamente a mi lado derecho, su risa sigue presente y su frío aliento rosa mi cuello. Tiemblo.
“Linda arma," sigue riendo y me enfurezco. He arruinado mi propio plan y aunque eso el no lo sabe, ríe. Iba a ser un enfermo que se llevarían y cuando no lo esperaran atacaría. Creí que eran diez, pero son once, y de pura emoción mande el plan al diablo.
Son solo sombras que se acercan a nosotros mientras la risa del hombre cesa lentamente hasta que su rostro muestra una mirada entretenida, curioso por saber porque un muchacho los ha esperado con una espada. Me cree un muchacho tonto. Los otros diez no descubren sus rostros, se detienen a mí alrededor, sin dejarme una salida. Será un ataque en todas direcciones, pero al menos espero acabar con uno. Solo uno, por mi madre, y estaré contento de morir.
Esa certeza es el detonador. No soy exactamente valiente, pero veo venir los últimos minutos de mi vida y tomare lo que venia esperando desde hace cinco años.
"Debemos ser rápidos," dice una de la figuras erguidas frente a mi. Otro hombre.
"Debemos," es la única respuesta del único que tiene descubierto el rostro y nueve de las figuras desaparecen en dirección que yo ya conozco. Siguen los lloriqueos de los sacrificios que ahora les pertenecen.
Es una mujer, la que se mantiene a su lado y la que en un segundo le esta cubriendo de nuevo el rostro. Le dice "Me proteges demasiado," pero no protesta de ninguna otra forma.
No me atacan, solo me observan. No se ríen, así que esperan. Yo no soy paciente. Ya no.
Mi espada es tan rápida como mis pensamientos, talvez un poco mas, proceso los movimientos después de haberlos hecho y me siento como un niñato porque herro todos y cada uno de mis intentos y solo escucho el sonido del metal tocando aire vació. Se deslizan con gracia, es lo que supongo porque mi ojos no los ven. Un momento están ahí, frente a la puerta de la muralla y después están a mis espaldas. Mis intentos continúan, mi fuerzas me hullen y mi enfado se hace mayor. Siento que él ríe, no lo escucho, lo siento en el aire como otra vibración además de la de mi espada al tocar con violencia las roca de la muralla o los ladrillos de la calle.
"Para ya, Víctor."
Dejo de respirar al escuchar mi nombre, mi corazón sigue latiendo sin aire y duele mucho. Uso la espada como soporte, porque no se como he mantenido las piernas estable, ahora que he parado me tiemblan. Pasa el repentino pensamiento de que mi espectáculo de venganza debió de ser patético, pero eso es una idea insignificante al lado de la sensación que ha abrumado mi mente hasta hacerme detener mi ridículo despliegue de espadachín enloquesido.
Ella sabe mi nombre, pero su voz es la de un demonio humano. No la conozco y ella sabe mi nombre.
"¿Como sabes mi nombre, bruja?" Bruja, porque eso debe de ser. Una Bruja que le cubrió el rostro a su demonio, resguardandolo como a un amante.
"Toma esa espada y marchate de aquí," me ordena.
Me siento furioso, herido, que mas da si me rió de su demonio, de su tenebrosa presencia. "Te matare, con esta espada."
"Soy eterna," me dice. Lo habla como refiriéndose a una potente arma que ha usado contra muchas vidas, le creo porque se que usara esa arma conmigo. Le creo porque he herrado en herirlos, son rápidos, mas rápidos que el mejor soldado de la cuidad.
"Te matare," le repito, no hay nada mas que quiera decirle a una bruja. Su demonio esta detrás de ella, llendo de un lado a otro sin alejar su vista de mi y adivino que aun le divierto.
Quiero que me ataque, que ambos quieran llevarme. "Debemos ser rápidos," le dice el hombre y ríe de nuevo al verme dar un paso hacia ellos con la espalda lista. "Deja ya de jugar con el muchacho."
Ya no hay llanto ni gemidos, la calle tan silenciosa y la luz sobre mi espada aun es azul. Es un velo el que les cubre el rostro y se puede ver un poco de sus facciones. Son bellos, el demonio y su bruja. El brillo añil comienza a incrementar.
"Se agota, debemos irnos."
No, no aun no. No los he lastimado, no a empezado mi venganza, aun no me asesinan por matar al menos a uno de ellos.
"El te quiere," la bruja me habla a mi, dice que su demonio me quiere. "Como me quiere a mi."
" Ambos deben morir." Mis fuerzas han vuelto, y acelero de nuevo hacia ellos. Elevo y dejo caer la espada, esperando que esta vez dé en algún brazo, en el pecho, o decapite al demonio. Mi espada entra en ella y la atraviesa. No se mueve, no quiso moverse. Es eterna.
Su demonio se acerca y me echa a un lado. Toma la empuñadura de mi espada y un momento después la avienta al suelo junto a mi. Ella sigue de pie y el la abraza con un brazo, le dice que es hora de ir a dormir y ella asiente.
Se olvidan de mi y mi espada con sangre oscura, los veo desparecer saltando la muralla. Quiero seguirles, grito que alguien habrá la puerta de la muralla, pero nadie hace caso porque nadie sabe que ellos se han ido.
La luz a vuelto a ser amarilla, pero no fue necesaria para verle claramente el rostro estando tan cerca de la bruja y su transparente velo.
Quiero que alguien habrá la puerta de la muralla. Quiero ir por ella y traérsela a Octavio, estoy seguro de que aun lo ama, lo ama mas que a su demonio. No es una bruja, porque ninguna bruja puede tener el rostro de Camila.


Como ven, este fue el final de nuestra primera historia mandada por nuestros Twilihters, esperemos que sigan participando.

Una vez mas gracias a Hatsumaku Yukituny por habernos mandado su historia y muchas felicidades por ser nuestra primera ganadora.

Hasta pronto, con mas mitos, historias y leyendas.

Que tengan un excelente inicio de semana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

VOLTURI??

Se busca novia