HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS!

Y como también les debo el capítulo de "Lagrimas de Sangre" de nuestro amigo Fernando, aquí se los dejo ;)


El encuentro


Esas cinco bestias corrían hacia nosotros con todas las intenciones de aniquilarnos y dejar a su pueblo libre; Eran grandes y majestuosas era una combinación de lobos con tamaño de oso.
Ya faltaba poco para nuestro encuentro.
Solo era cuestión de segundos.

-¿Están listos?-dije con voz atropellada.
-¿Quién hablara primero?-habló Ursula ignorando mi pregunta.
-Tal vez de vería hablar Pablo.
-Amor te crees capas de…
-Si Ursula, deja de cuidarme tanto. ¿Si amor?-susurro Pablo.
Un rugido sordo nos tomo a todos por sorpresa. Momentáneamente todos tomamos posición de ataque.
-Solo son ellos-intervino Monserrat.
-Amm…hola…¿me entienden?-dijo Pablo haciendo movimientos con las manos tratando de que los lobos captaran.
(Si no fuera por que son animales, juraría que el mas grade puso los ojos en blanco).
-creo que si entienden Pablo-La voz de Ana tenia una nota de confusión.
El segundo lobo mas grande-el de pelaje blanco-, desapareció entre los arbustos.
-¿A dónde va?-dijo Monserrat.
-No lo se-conteste.
Ellos nos observaban con curiosidad como nosotros a ellos. Al cabo de unos segundos, una jovencita salio de los arbustos mirando a los lobos gigantes.
-¿Quién eres tu?-La observo Monserrat.
-Soy la representante de los licántropos-contesto la susodicha.
Los licántropos son un tanto mas apuestos que los humanos normales, ellos al igual que nosotros irradian una bella externa, Pero no se acercaba ni un poco a la nuestra.
-Y bien ¿cual es tu nombre?
-Soy Jenifer Werewolf
Esta chica la tal Jenifer era de un alto intermedio y sus ojos eran marrón obscuro un poco mas que los ojos de Monserrat.

Pablo sonrío victorioso al haber descifrado bien el nombre le la chica.
-¿Tu eres la beta cierto?-Pregunto Pablo, averiguando si eso también era verdad.
-Si
-Lo sabia
El lobo que se encontraba detrás de Jenifer gruño, tratando de que no nos salgamos del tema.
-Veras esto es lo que sucede-intervino Ana al ver la reacción del lobo mas grande-mi hermano Fernandho hace pocos días, estaba de caza y ya era un poco tarde así que estaba buscando en el territorio Báthory alguna Per…presa-corrigió Ana al ver la expresión de la jovencita-para saciar su sed solo que no había nadie por lo que se volvió loco y perdió el control. El solo encontró su comida en su territorio.
-¿Cuál de los cinco es Fernandho?
-Yo-intervine con la mano en alto.
-Sabias que la chica que te tomaste era…
El aullido feroz sonó atrás de los cuatro lobos por lo cual no podía ser alguno de ellos.
Los cuatro lobos corrieron hacia el norte dejando sola a la pequeña Jenifer.
La pequeña retrocedió y corrió también hacia el norte y solo en cinco segundos un lobo de color blanco ocupo su lugar tomando paso veloz.

-¿bien que fue eso?-dijo Ursula confundida.
-Será mejor que nos veamos luego con miguel-dijo Pablo.
El viaje de regreso fue un poco mas lento, ya que todos teníamos cosas que pensar. Ideas erróneas sobre porque nos dejarían aquellos lobos allí.
Cuando llegamos a casa Ana como de costumbre prendió el televisor, Pablo y Ursula subieron a la planta alta, mientras que Monserrat alimentaba y hacia pucheros a su pequeño hámster: Tomas.
-¿Monserrat que haces?-le dije.
-Amm…alimento a Tomas-contesto confundida.
-¿Y porque le haces caras?
-Por que le gusta que lo mimen. Verdad Tomas que bonito eres-ahora dirigiéndose al hámster-además es cosa que no te interesa-me saco la lengua.
En realidad estos tres largos siglos estaban llenos de soledad.
-¿Fernandho?¿Fernandho Báthory?¿estas ahí?
-¿Qué pasa?-conteste distraído.
-Wow no estas aquí, nos abandonaste ¿eh?
-No es que solo pensaba en una tontería
-Aja
Opte por sentarme al lado de Ana-donde regularmente estaba siempre-y mire la televisión.
-La eternidad se te acabara aquí-le dije
-Soy feliz viendo televisión-contesto
-Si no fuera por tu inmortalidad, tu cuerpo sin cambios y tu dieta a base de sangre humana juraría que tendrías una panza tremenda.
-jajaja, mira como me rió-dijo con voz sarcástica.
-Lista Ana ¿nos vamos?-intervino Monserrat.
-Lista-contesto
-¿A dónde van?-pregunte.
-De caza recuerdas-contesto Ana.
-Ah cierto
-¿No quieres acompañarnos?
-No prefiero mirar televisión, y a que vas si tus ojos marrón no han cambiado de color Monserrat.
-Si lo se pero no quiero perder el control por la sed como otros.
-¡vámonos ya! Mis hermosos ojos azules cambian de color lo puedo sentir-nos dijo Ana que esperaba a Monserrat en la puerta.
-¿hermosos?-conteste.
-Son mejores que esos feos de color carmesí.
-jajá jajá-respondí con sarcasmo.
-Nos vamos, seguro que no vienes.
-No Monserrat gracias de nuevo.
-Muy bien adiós.
-vuelvan temprano para ir a la escuela.
-Tengo suficiente del mismo grado por tres siglos.
Las dos abandonaron la casa a toda velocidad.
Y así comenzó mi amanecer, observando la televisión y así concluiría.

Las dos cortas horas en las que me encontraba solo, transcurrieron frente al televisor.

Opte por subir a mi recamara por las escaleras a paso lento, en la mente por ningún lado. Observe la habitación en la que descansaban Ursula y Pablo reposando en una cama camine por el lado de la recamara de Monserrat hasta llegar a la mía, abrí la puerta y entre a mi habitación.

Camine hacia mi ropero y saque una camisa de color gris con un chamarra de color negro y unos jeans de color obscuro.
Acomode mi cabello para ir a la escuela en cambio de unos segundos estaba listo.

Baje las escaleras para llegar al vestíbulo. Al tomar mi mochila hubo un sonido por la ventana.

-Llegamos-dijo Monserrat.
-Si me doy cuenta –conteste.
-Vez y justo a tiempo para la escuela, soy genial- dijo con ademán de de satisfacción.
-Yo no iré así a la escuela, me veo fatal- intervino Ana.
-Ni yo- Respondía a Monserrath- ¿nos das unos segundos?-dijo Monserrat.
-Claro, yo entrare al auto ¿esta bien?-conteste
-Muy bien ya volvemos.

Y desaparecieron en las escaleras.
Baje el porche para llegar a la cochera y sacar nuestro BMW serie 1- el usual para ir a la escuela- cuando Salí de ahí Ana y Monserrat ya me esperaban afuera de la casa.

-Suban chicas-les dije.
-Ash no puedo creer que aun sigamos usando este cacharro-comento Ana.
-Lo se quisiera comprar un Ferrari 458 Italia de color rojo-dijo Monserrat.

Monserrat había heredado el buen gusto en carros por parte de Pablo, Claro que Ana no se quedaba atrás.
En cambio en mi solo me importaba que se moviera eso era todo.

-Buena elección hermanita-dijo Ana mientras chocaba la mano de Monserrat y subían al auto.

-¿Pablo y Ursula no vienen?-les dije.
-Al parecer no. estaban muy ocupados la noche anterior así que ellos tomaran el Bugatti Veyron tuning para ir hoy a la escuela.
-Esta bien vámonos.

Gire a toda velocidad el auto y me dirigí a la carretera a toda velocidad hacia la escuela.

Ana y Monserrat sacaban la cabeza por las ventanas para que su cabello volara a los cuatro vientos y gritaban de forma burlona a los demás por no tener la misma suerte de tener un carro como el de ellas.

Yo sin embargo no apartaba la vista de la carretera. Lo cual era absurdo aun a la velocidad a la que corría el motor podía ver cada casa detenidamente: el color, tipo de madera, tamaño, todo pero en una casa en particular de color amarillo claro, dos pisos de alto, jardines de frente; Había gente que lloraba y sollozaba por la perdida de alguien, ese alguien podría ser cualquier ¿no?, entre en la mente de aquella señora que lloraba con mas fervor y busque en los pensamientos lo sucedido: Elizabeth.

Ella era la fallecida la pequeña Elizabeth que yo había devorado hacia unas cuantas horas atrás.
La mente de la madre de Elizabeth era una confusión en ese momento me mostraba recuerdos que yo no buscaba uno tras otro me llegaban a los ojos como bofetadas en la cara después un gran momento obscuro y estaba fuera de su cabeza como era posible, si yo jamás lo había concebido así.

Una pequeña mujercita se paro en frente de la madre de Elizabeth y me miro con ferocidad, con un enojo eternamente interminable.
Al tratar de entrar en su mente fue una descarga eléctrica en mi cuerpo y al parecer en el de ella también. Como era posible que una pequeña niña no me permitiera entrar en su mente.

-Fernandho ¿Qué te pasa?-interrumpió Monserrat.
-Espera- le conteste-trata de levantar a esa chica con la mente Monserrat.
-Claro-dijo Monserrat con despreocupación.

Miro detenidamente a la chica y como lo imagine.

-¡Ah! no puedo levantarla ¿Por qué?
-haber, haber, haber ¿Qué se traen? Ya llegamos a la escuela bajen los dos-dijo Ana con voz confusa.


Y ahora si Twilighters, el próximo viernes un capítulo más!!!

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