HISTORIAS, MITOS Y LEYENDAS!

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Aquí estamos una vez más con ésta sección...

Este lunes comienza la 5° parte de la historia "LA ASESINA Y EL LOBO" de nuestra amiga XIMENA...

Disfrutemos!!!



El último despertar, la sonrisa que cambio todo

Tomamos asiento al abrigo del gran sauce, la luz de la luna era muy escasa y se me ocurrió hacer una fogata pero Edward interrumpió mi pensar.
--Creo que no será necesario hacer una – dijo señalando sutilmente con su cabeza a la dirección que nos llevaría a su casa.

Segundos después pude percibir los efluvios de Alice, Jasper, Bella, Renesmee, Jacob e Ian. Para cuando aparecieron Jake e Ian se habían rezagado para cambiar de fase llegando unos segundo después.

--Hola – dijo Alice acercándose a mí con esa sonrisa de plata. Enseñándome una linterna de excursionista.

La mire con asombro un segundo ya que aun no me familiarizaba con su extraordinario don. Incline un poco mi cabeza hacia la derecha lo suficiente para ver la comitiva recién llegada y los mire con curiosidad, todos con gran disimulo señalaron a quien tuvo la genial idea o la visión.

--Ya los vi. – murmuro Alice con enfado, volteando con soltura y gracia. Todos voltearon sus ojos a cualquier lado huyendo a la mirada envenenada que ella les puso, unos segundos después todos rompimos a reír con gran estruendo.
Rápidamente vi cada rostro y desee con fervor que si esto era un sueño, el despertar jamás llegue.

Alice encendió la lámpara y formamos un circulo alrededor de ella, me recordó a la mesa redonda del rey Arturo salvo que este se había ido a trabajar al hospital y otros caballeros fueron de caza.

Cada uno tomo asiento en la hierba abrazando a su pareja, el gran amor de su vida incluso Jacob puso a Renesmee en su regazo acunada en sus brazos que le proporcionaban un calor febril. Esme se sentó junto a mi en el lado derecho infundiéndome valor, Ian tomo el lado izquierdo junto a mi corazón pensé ese instante exhalando un suspiro tenue sin voltear a verle.

¡Tranquila! Me ordene internamente. Lo peor era que Edward estaba cerca, me sentía muy avergonzada. Hablas de esto con alguien y dejo viuda a Bella le advertí mentalmente cuando lo mire me pareció que asintió con una leve sonrisa.
Me centre en ver a la lámpara buscando algo en ella dos segundos después lo halle la entrada a mi recuerdo y empecé:

“Era el año 1809 en Londres, el otoño de ese año yo cumplía 16 años mis padres no eran acaudalados pero su vida era apacible y sencilla gracias a el negocio de mi padre haciendo cajas musicales, relojes y otros instrumentos. La mayoría de sus pedidos eran sencillos pero hubo personas que le pedían que realizara un trabajo meticuloso en algunos relojes de enorme tamaño.

Mi salud no era buena nadie supo el porque solo sabían que me consumía, debilitándome cada DIA mas y mas, con todo aquello de los doctores y medicinas inútiles mis padres hicieron todo lo posible por hacer un baile para celebrar mi cumpleaños.

Aguardaba paciente a que mi padre cerrara su negocio, a mi madre no le agradaba nada que estuviera ahí pero logre persuadirla alegando sobre que era mió el DIA entero. La noche caía cual cortina negra ante nosotros, no podía negar que había una hermosa vista desde una ventana de aquel establecimiento se veía a el sol poniente, tenia ya puesto mi vestido blanco bello y delicado mi cabello estaba suelto que llegaba un poco mas allá de mis hombros pero tenia una diadema de rosas de igual color con solo una rosa roja para darle color ya que mi piel parecía tan blanca como aquellas flores.

--¿Estas segura que quieres esperarme? – inquirió mi padre al verme apoyada en la ventana.

--Si, además me encanta este lugar. – respondí sin dudar.

Pero había un motivo especial mi padre nos había contado hacia ya días que un hombre de porte majestuoso cual príncipe de las mil y una noches con ojos misteriosos había encargado un reloj de tamaño descomunal y acabado muy fino, mi padre lo limpiaba una vez mas para que quedara impecable ajustando la hora a el suyo cuando la pequeña campanita que anunciaba que alguien entraba llamo.

--Sea bienvenido señor – le dijo mi padre.

--Gracias – respondió él con un claro acento extranjero en su voz – y a ti también señorita – concluyo volteando con suma elegancia hacia mi.

Solo alcance a sonreírle y hacer una pequeña reverencia.

--¿De donde viene? – me atreví a preguntar.

--De tierras muy lejanas a esta, soy árabe mi niña.

--¿Cuál es su nombre? -- pregunte.

--Sofitia no molestes al señor, por favor – me reprendió mi padre con suavidad.

--Lo lamento.

--¿Esta listo mi pedido? – inquirió el árabe para cambiar de tema.

--Si, pero necesitara ayuda para llevarlo esta un poco pesado.

--Tengo un carruaje afuera, solo ayúdeme a llevarlo ahí por favor.

Mi padre lo condujo hacia el reloj este lo vio y sonrió.

--Justo lo que yo deseaba – murmuro con esa voz suave cual terciopelo.

Entonces saco una bolsa de terciopelo roja y se la dio a mi padre.

--¿Pero…? Esto es demasiado – dijo con gran estupor mirando al árabe pero este parecía sumido en sus pensamientos, solo pasaron un par de segundos y este hablo.

--Jamás repita eso. La vida puede escucharlo, y darle menos la próxima vez. Esto es el dinero justo para un trabajo de excelente calidad.

Mi padre no discrepo y empezó a envolver al gran reloj con un lienzo color negro.
--Mi nombre es Ahmed AFdlan – dijo el árabe mientras volteaba a mirarme y una leve sonrisa se dibujaba en su rostro.

--El mió es Sofitia – le respondí.

--Ese vestido te va muy bien ¿vas a alguna fiesta? – pregunto con voz de seda.
--Si, mis padres festejaran mi cumpleaños con un baile.

--Si mi pregunta no es ofensiva pero ¿Cuántos cumples?

--¡16 años! – dije con alegría.

No estoy segura pero me pareció que el susurro muy bajo “es demasiado joven” la pena en cada palabra era intensa.

De pronto sentí un mareo y que el aire se desvanecía de mi entorno.

--Pa…dree…-- lo llame con mucho esfuerzo.

Fue Ahmed quien acudió a mi llamado sosteniendo mi cuerpo. A pesar de el vestido sus manos eran frías como el hielo, mi padre instantes después se dio cuenta que algo andaba mal y vino corriendo a mi.

--¡Sofitia! – Grito tomando el lugar del árabe – te llevare a casa no estas en condiciones para ir a un baile.

--¡NO! – exclame – lo prometieron – presioné.

--No así, en este estado.

--Estoy bien.

--Pero…

--Por favor, solo dame unos minutos y me repondré.

Entonces mi padre me llevo a un sillón que trajo para que la gente esperara cómodamente.

Lo convencí para que continuara con su trabajo pero sabía que sondeaba cada movimiento mió.

Ahmed se quedo junto a mi pero luego me dijo:

--Espero disfrutes mucho esta noche.

Esas palabras fueron suficientes para reanimarme y para que la alegría volviera a mí.
--¿Usted asistirá a el baile? – pregunte animada.

--Te agradezco pero….

Mi padre se acercaba y aparentaba haber escuchado nuestra plática.

--Claro que esta invitado seria un gran honor para mi y mi esposa – dijo mi padre.

-- Me halaga su amabilidad y para mi será un honor asistir a ella. Espero me permitan llevar a mi esposa hace poco que llegamos y ustedes son los primeros vecinos a los cuales podremos llamar amigos – respondió el aludido sonriéndole con gran cortesía.

Ese momento me fije en el rostro de mi padre tenia una mirada profunda y decidida, muchas veces le había visto con esa expresión maquinando una idea, una solución a algo…


Se que para algunos esperar hasta el próximo lunes es una tortura... pero es lo que tenemos que hacer en vista de leer la continación de ésta 5° parte!!!

Comentarios

Haruvii ha dicho que…
no ma me fasina jejej y si ya kiero q sea lunes C:

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