Historias, mitos y leyendas

Hey queridos Twilighters!!

Bueno ps les traigo el nuevo capitulo de nuestra historia El Inicio de la Eternidad de Angel Azul, donde nos cuenta la vida de Edward antes de ser un vampiro.

A las chicas que nos dejan sus comentarios mucha gracias a Karitina y Haruvii por seguir esta historia desde el principio y a Montse mira puedes buscar en nuestra barra de busqueda, hasta arriba de la columna derecha, le pones historias, mitos y leyendas y ahí te salen, solo es cosa de que veas bien cuales son las entradas de esta historia, prometo ponerla pronto hasta donde vamos de corrido en nuestra sección de "Historias, mitos y leyendas".

Disfruten de este nuevo capitulo

EL INICIO DE LA ETERNIDAD Capitulo 5.
Disturbios

Cuando regresé a la oficina de correos, había un grupo de hombres en la parte trasera de la bodega. Desde la esquina pude ver a Don Benjamín discutiendo con el que estaba al frente.
-Entienda que necesitamos toda la correspondencia que haya llegado de Kansas y partes cercanas, sobre todo paquetes grandes- le dijo el caballero más cercano a Don Benjamín.
-Si no me puede dar una explicación lógica para todo esto, me temo que es imposible que lo deje pasar, y mucho menos dejar que revise la correspondencia de otras personas- Don Benjamín realmente estaba enojado y confundido.
¿Qué estaba pasando? pude notar que los ánimos se estaban poniendo de color rojo.
Me acerque con Leonard que estaba a un lado de la puerta de la bodega.
-¿Qué es lo que ocurre?- pregunte
-Hace como una media hora estos tipos llegaron diciendo que paráramos labores, y que necesitaban entra a la bodega. Don Benjamín pidió una explicación pero ninguno ha querido dársela… Yo pienso que debe ser algo muy grande lo que buscan como alguna joya valiosa de alguien muy importante o incluso de la corona de Europa o algo así-
-¿ahora resulta que te crees detective?- le dije levantando la ceja
-Claro que no, pero no encuentro un motivo por el cual quieran revisar los paquetes-
-pues... tienes razón-
¿Qué otra cosa podrían querer? Tal vez Leonard no andaba muy lejos de la verdad.
-Señor, le aseguro que si colabora, las máximas autoridades recompensaran su ayuda en esta situación. Ahora le pido que me deje pasar y que mis hombres recojan todos los paquetes de su bodega- el señor quería convencer de manera correcta a Don Benjamín, había calmado su tono de voz, pero él no quiso.
-Lo lamento mucho, pero si usted no me dice de que se trata no puedo dejarlo pasar-
La multitud comenzaba a juntarse en las esquinas de la calle de la oficina postal.
El caballero observo a la multitud y se acerco a Don Benjamín.
-De acuerdo. Le diré que es lo que está pasando. Pero primero debe dejar que sus empleados se vayan del establecimiento. Así podremos conversar con más discreción. Aun no es conveniente que la gente sepa que sucede- el caballero casi susurraba así que me costó trabajo entender lo que le decía a Don Benjamín.
Oí el ruido de caballos corriendo por la esquina derecha de la calle. Pude ver a mi padre con un grupo de soldados que lo acompañaban viniendo a la oficina postal.
-¡capitán Masen!- lo saludo el caballero que hablaba con Don Benjamín.
-Doctor Stuart- mi padre correspondió el saludo con un asentamiento de cabeza y después se dirigió a Don Benjamín – Lamento mucho las molestias que has Sufrido Benjamín, pero confía en mí, debes oír al Doctor, este caso es muy delicado- quiso darle confianza.
-pero Edward…- alego el amigo de mi padre
-Por favor Benjamín, colabora con el Doctor Stuart- pude notar una preocupación real en el tono que mi padre usaba, pero su amigo aun tenía la duda en el rostro.
Don Benjamín, dio media vuelta a regañadientes y se dirigió a nosotros.
-Ya oyeron. Por hoy el trabajo se acabo-
Don Benjamín era uno de los mejores amigos de mi padre, así que él sabía que no jugaría con algo así, además también pudo notar la preocupación que yo note en mi padre.
-Edward- Me llamo el Capitán –ve con tu madre. Llegare un poco tarde a casa-.
Por un momento me asusto la imagen de su rostro cuando me hablo.
-¿Qué sucede capital?- no pude evitar preguntar.
-Después Edward, ahora no-
Se bajo de su caballo y entro a la bodega con Don Benjamín, el Doctor Stuart y sus hombres.
¿Qué estaba pasando? Nunca había visto a mi padre tan preocupado.
Cuando llegue a casa le comunique a mi madre que mi padre llegaría un poco tarde hoy. No quise preocuparla mucho así que no le dije el motivo verdadero de mi llegada tan temprano a casa. Y mientras cenábamos le conté sobre Cecil, para distraerme y que no se me notara la preocupación en el rostro.
Recordar la tarde que tuve con Cecil, me ayudaba a relajarme y dejar de preocuparme un poco sobre la actitud de mi padre.
-Te dije que tal vez una de las chicas nuevas te gradaría- menciono mi madre un tanto alegre y segura de sus predicciones pasada.
-Madre. Nunca he dicho que Cecil me agrade más que como una amiga. Solo digo que es una joven diferente a las que he conocido- le aclare. No quería que se empezara a fantasear con una futura novia o algo parecido.
-Lo importante es que ya eres su amigo. Por algo se empieza ¿no crees?-
Esta mujer no tenía remedio.
-Me preocupa su nana, la vi muy enferma. De verdad espero que se mejore-
Recordé lo mal que lucía la nana Elena y lo triste que se ponía Cecil de verla así.
-Cuando vuelvas a visitarla, le mandaremos algo a esa señora enferma. Si esta tan mal como me cuentas, rezare por su salud hijo mío-
Mi madre era una mujer excelente y muy bondadosa con todos.
En ese momento llego mi padre. Cuando abrió la puerta lo hizo tan fuerte que mi madre dio un salto en su silla.
-¡¡Edward… hijo!!- me llamo con un grito.
No podía ocultar su preocupación, pero cuando vio a su esposa, hizo su mayor esfuerzo.
-Amor ¡¿que pasa?!- pregunto mi madre con urgencia, acercándose a él y tomándolo del brazo. Mi padre la tomo por los hombros y la miro a los ojos intentando calmarse a sí mismo, para no preocuparla más a ella.
-Nada grave cielo. Solo me llevare a Edward unas horas, necesito su ayuda, para un asunto. No te alteres estaremos de regreso sanos y salvos, te lo prometo-.
Sabía que mi madre no se quedaría tan tranquila, pero ella conocía como era la labor de mi padre, así que no le quedaba de otra más que dejarnos ir.
-Regresen pronto… por favor- más que pedirlo, lo suplico.
-Te lo prometo- contesto él.
Le dio un beso en la frente, dio media vuelta para salir de la casa y yo lo seguí. Afuera se encontraban dos caballos.
-¿Qué pasa papá?- pregunte mientras se subía a su caballo.
- Al parecer hay personas que están muriendo en Kansas y sus alrededores, aun no saben el motivo a ciencia cierta, pero el Doctor Stuart dice que es muy posible que sea algún tipo de enfermedad que es muy contagiosa. Al parecer la correspondencia que llega de ese lugar puede ser un factor de peligro para la ciudad, así que se debemos quemar todos los paquetes y cartas procedentes de Kansas, para que no llegue ese “virus” como lo llama el Doctor Stuart a Chicago. La mayoría de mis hombres vigilan y revisan a las personas que llegan a la ciudad, por eso necesito tu ayuda.
-¿quieres que te ayude a quemar toda la correspondencia de la bodega de la oficina postal?-
-Exacto. Solo tengo a cinco hombres conmigo para ocuparnos de eso, pero es demasiado lo que hay en ese lugar y mientras más manos sean, terminaremos más rápido-
En ese momento mi mente recordó lo que Cecil me había dicho. Su nana venia de Kansas. No pude subirme a mi caballo.
Me quede paralizado, con los ojos abiertos y la respiración un tanto agitada.
-Edward… ¡¿Edward?!... ¿estás bien? No te preocupes hijo, si tomamos las precauciones necesarias no pasara nada-. Me tranquilizo mi padre, pero yo sabía que era lo que me había paralizado.
Tal vez la nana de Cecil estaba enferma por eso… ella había llegado hace dos semanas y nadie sabía de esa enfermedad aquí en la ciudad en ese lapso de tiempo.
-Hoy fui a la casa del gobernador a dejar una entrega. Una de las personas que acompaña a la familia Vermont llego a Chicago de Kansas hace dos semanas, y la mujer esta enfermas desde entonces-
Mi padre se quedo paralizado con mis palabras.
-Debemos decirle al Doctor Stuart de inmediato- pude notar que se le abrían los ojos y la preocupación crecía cada vez más.
Nos subimos a nuestros respectivos caballos y nos dirigimos a toda velocidad al hospital estatal de Chicago para informarle al doctor de la condición de la nana de Cecil... CONTINUARA


Que impresión, creo que ya sabemos que es lo que va a pasar a continuación y claro con eso la entrada de Carlise.

Para no perdernos estos acontecimientos no se pierdan el siguiente capitulo el próximo miércoles, aquí por su blog favorito. Nos vemos el viernes con más historias, mitos y leyendas.

No olviden sus comentarios.

Comentarios

paMela!! ha dicho que…
wooo !! me encantaa esta historia!!

Felicitaciones a la autora!!

amo su pagina!!!

besos!!
paMela!! ha dicho que…
jeje haber si lo ven pero es q la fecha q aparece arriba de la historia esta mal ya q hoy es martes 12 jeje
Anónimo ha dicho que…
me emocione!

esta parte de la histori m parecio muy emocionante , a la autora, de verdad continua asi cada vez la historia es mas interesant!!!

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