Historias, mitos y leyendas
Hey Twilighters!!
Pues bueno aquí pasando para dejarles el nuevo capitulo de nuestra más reciente historia El Inicio de la Eternidad, de Angel Azul.
Recuerden Twilighters que es la vida de Edward antes de ser vampiro.
Disfruten de este nuevo capitulo
EL INICIO DE LA ETERNIDAD Capitulo 6.
La primera muerte
Cuando llegamos al hospital. Preguntamos a una de las enfermeras por el doctor Stuart. Dijo que estaba con unos pacientes muy delicados que no nos podía atender en este momento, mi padre le mencionó quien era y que era urgente que habláramos con él, así que dijo que enseguida le avisaría, pero que lo esperáramos en su consultorio. Nos indico el camino. No tuvimos que esperar demasiado. Ya que casi inmediatamente el doctor entro con la boca cubierta y una bata blanca que le llegaba casi a las rodillas.
Mi padre me dijo que le contara lo que sabía de la nana de Cecil.
El doctor quiso ir inmediatamente a ver a Elena, así que los tres salimos lo más rápido que pudimos a donde estaba la familia Vermont.
Cuando llegamos a la casa, otra muchacha de la servidumbre nos abrió.
-Buenas noches, soy el doctor Stuart. Tenemos un reporte de una señora que está enferma desde hace unos días- no pudo evitar usar un tono un tanto urgente.
-Debe tratarse de la señora Elena- dijo aquella muchacha.
-Sí, si… es ella. ¿Cómo esta?- no pude evitar preguntar.
- muy mal joven. De hecho, en este momento la niña Cecil esta cuidándola-
-Déjenos pasar. Es urgente que la atienda-
-Pero…- Se puso nerviosa cuando el doctor alzó la voz.
En ese momento salió una señora muy guapa y muy elegante. Supuse que era la madre de Cecil.
-¿Qué sucede Ivett?... ¿por qué tantos gritos?-
-Lamentamos las molestias madame. Pero hemos recibido la noticia de que hay una mujer muy enferma en esta casa, y es urgente que el Doctor Stuart la vea- explico mi padre.
Nos miro confundida y con desconfianza
-No creo que sea otra cosa que un simple resfriado- refuto alzando la ceja, no le daba importancia, eso era claro –pero si gusta pasar a verla… adelante doctor-
Era una señora de buena familia, así que no podía quedar mal ante nosotros.
-Gracias madame- contesto el doctor.
Entramos los tres al recibidor.
-Ivett- llamo a la muchacha la madre de Cecil -Lleva al Doctor con Cecil y Elena-
La muchacha se dirigió al fondo y el Doctor la siguió.
- Soy el capital Masen y el es mi hijo Edward. Perdón por molestarla tan tarde madame. Pero esto es una emergencia. Créame que si no fuera así, no vendríamos a perturbarlos de esta manera tan descortés- se disculpo mi padre
-Soy Virginia Vermont. Gusto en conocerle capitán- se presento con nosotros la madre de Cecil –Para serle sincera. No entiendo la urgencia, debe ser solo un resfriado o algo parecido.
-Con todo respeto madame, si así fuera no estaríamos aquí.
-¿De verdad es tan grave lo que tiene Elena?... a propósito… ¿como es que se enteraron?
-¿si me permite? …Yo vine en la tarde a entregarle unos paquetes a su esposo y Elena fue la que me atendió en ese momento. Note el deterioro de su salud- no tenía que dar más detalles sobre la tarde que pase con su hija. Al menos no me pareció prudente.
-Esperemos que no sea lo que nos tememos señora Vermont- lo dije con toda la honestidad del mundo, tanto por Elena como por Cecil.
En ese momento entro Cecil. Tenía los ojos rojos e irritados. Era obvio que estuvo llorando.
Llego a donde nos encontrábamos con la mirada clavada en el piso y un poco encorvada.
Por un momento me asuste. Le hice caso ha mis impulsos, así que inmediatamente me acerque a ella.
-¿Cecil?...- no me gusto verla destrozada, y me imagine el peor de los motivos de su tristeza.
-Edward!!...- menciono mi nombre mientras las lagrimas surcaban sus mejillas y la ansiedad inundaba su voz – Elena… empeoro de un momento a otro, yo… debí llamar al doctor cuando… soy una tonta… yo... yo…
No lograba decir nada coherente. Le frote los brazos con mis manos, para calentarla, ya que al momento de tocarla estaba helada.
-Tranquila…- le dije en voz baja, la abrase y ella se aferro a mis ropas hecha un mar de lagrimas.
-¿Qué sucede Cecil?- al fin pude ver en el rostro de la señora Vermont un aire de verdadera preocupación y mucha ansiedad por ver a su hija en ese estado.
Apareció el doctor Stuart Saliendo del cuarto de Elena. Estaba pálido y podía notar en su mirada lo alarmado que estaba.
-¿Qué sucede Doctor Stuart?- se anticipo mi padre
-Es la primera muerte en la ciudad por el virus. Al menos la primera que se localiza- dijo con un hilo de voz.
Cuando el Doctor hablo, Cecil se aferro más a mí y lloraba desconsolablemente; la abrase lo más fuerte que pude.
Sentí como sus fuerzas se iban desvaneciendo hasta que se desmallo en mis brazos.
Rápidamente la cargue y el doctor me dijo que la depositara en el sillón de la sala. Su madre se asusto e inmediatamente se arrodillo a un costado de su hija, mientras que el doctor la asistía.
-Es solo un desmayo por la impresión de la noticia. Ella estará bien. Ho… al menos eso espero- en la última frase, el doctor bajo el volumen de su voz.
-¿Qué?- dije casi en un susurro, pero cuando el doctor pronuncio la ultima frase, inmediatamente sabía a que se refería.
Cecil era la persona que más había estado con su nana desde el día en que llegaron. Y según los datos que nos había proporcionado el doctor Stuart del virus, se contagiaba muy fácilmente.
Fui consciente de lo que me rodeaba. A Cecil recostada y a su madre de rodillas junto a ella, a mi padre con la alarma mezclada con preocupación, aun que en su postura se notaba el entrenamiento militar que tenia, y al doctor Stuart con la vista clavada en la mujer con su hija en el sofá y con una expresión pensativa y preocupada.
Puede imaginarme el panorama que me provocaron las últimas palabras del Doctor. Aun que quise deshacerme de las imágenes al instante. Cecil no podía enfermar, era muy joven y buena para tener esa mala suerte.
Mi padre me saco de mis pensamientos agitándome por el brazo. Por el tono que empleo, pude darme cuenta de que no era su primer intento por traerme de vuelta de mis pensamientos.
-¿! Edward!?... ¿estás bien?
-¡Sí! Si… estoy… bien…- tartamudee
-Lamentamos mucho su perdida, pero debemos tomar medidas madame, tendré que preguntarle a todas aquellas personas que habitan esta casa, para ver si no muestran algún síntoma- Explico el Doctor.
La señora Vermont lloraba mientras observaba al doctor hablar, y tomando la frente de su hija.
-¿Qué es lo que sucede?... ¿de que murió Elena?... ¡¡¡Exijo que me digan que es lo que está pasando!!!...
-No servirá de nada que se altere, debe estar en calma. Se lo explicare con detalles- respondió el doctor con un tono firme.
-Lamento mucho todo esto, pero nosotros debemos retirarnos, tenemos que encargarnos de la oficina de correos. Doctor, vendré después de encargarme de ese asunto, por favor, manténgame informado de lo que pasa- pidió mi padre.
-Esto es serio Capitán. Debemos empezar a circular en la ciudad la información, para que la gente acuda al hospital. No sabemos si ya ha habido más muertes o más enfermos por esto- agrego el doctor.
- Me encargare de eso a primera hora. Pierda cuidado doctor. Ahora nos retiramos. Regresare más tarde… ¿Edward?
Me llamo mi padre para que lo siguiera. Por un momento no quise salir de esa casa, pero sabía que debía apoyar a mi padre en lo que necesitaba.
Salimos a toda prisa en los caballos, hacia la oficina de correos. No podía sacar la imagen de mi mente de Cecil, con la apariencia que tenia Elena esta mañana.
¿Qué pasaría si había más contagios? Y ¿si había más muerte por este virus? ¿Realmente podríamos controlarlo?... CONTINUARA
No snif snif, se viene la epidemia!! jeje, por cierto ¿se han ido fijando más o menos como esta presente el don de Edward en esta vida? Espero que si lo hayan notado.
Para saber que más pasa antes de que Edward y su familia ingresen al hospital y aparezca Carlise no se pierdan el siguiente capitulo el próximo miércoles, aquí en su blog favorito, nos vemos el viernes con más historias, mitos y leyendas.
No olviden sus comentarios.
Pues bueno aquí pasando para dejarles el nuevo capitulo de nuestra más reciente historia El Inicio de la Eternidad, de Angel Azul.
Recuerden Twilighters que es la vida de Edward antes de ser vampiro.
Disfruten de este nuevo capitulo
EL INICIO DE LA ETERNIDAD Capitulo 6.
La primera muerte
Cuando llegamos al hospital. Preguntamos a una de las enfermeras por el doctor Stuart. Dijo que estaba con unos pacientes muy delicados que no nos podía atender en este momento, mi padre le mencionó quien era y que era urgente que habláramos con él, así que dijo que enseguida le avisaría, pero que lo esperáramos en su consultorio. Nos indico el camino. No tuvimos que esperar demasiado. Ya que casi inmediatamente el doctor entro con la boca cubierta y una bata blanca que le llegaba casi a las rodillas.
Mi padre me dijo que le contara lo que sabía de la nana de Cecil.
El doctor quiso ir inmediatamente a ver a Elena, así que los tres salimos lo más rápido que pudimos a donde estaba la familia Vermont.
Cuando llegamos a la casa, otra muchacha de la servidumbre nos abrió.
-Buenas noches, soy el doctor Stuart. Tenemos un reporte de una señora que está enferma desde hace unos días- no pudo evitar usar un tono un tanto urgente.
-Debe tratarse de la señora Elena- dijo aquella muchacha.
-Sí, si… es ella. ¿Cómo esta?- no pude evitar preguntar.
- muy mal joven. De hecho, en este momento la niña Cecil esta cuidándola-
-Déjenos pasar. Es urgente que la atienda-
-Pero…- Se puso nerviosa cuando el doctor alzó la voz.
En ese momento salió una señora muy guapa y muy elegante. Supuse que era la madre de Cecil.
-¿Qué sucede Ivett?... ¿por qué tantos gritos?-
-Lamentamos las molestias madame. Pero hemos recibido la noticia de que hay una mujer muy enferma en esta casa, y es urgente que el Doctor Stuart la vea- explico mi padre.
Nos miro confundida y con desconfianza
-No creo que sea otra cosa que un simple resfriado- refuto alzando la ceja, no le daba importancia, eso era claro –pero si gusta pasar a verla… adelante doctor-
Era una señora de buena familia, así que no podía quedar mal ante nosotros.
-Gracias madame- contesto el doctor.
Entramos los tres al recibidor.
-Ivett- llamo a la muchacha la madre de Cecil -Lleva al Doctor con Cecil y Elena-
La muchacha se dirigió al fondo y el Doctor la siguió.
- Soy el capital Masen y el es mi hijo Edward. Perdón por molestarla tan tarde madame. Pero esto es una emergencia. Créame que si no fuera así, no vendríamos a perturbarlos de esta manera tan descortés- se disculpo mi padre
-Soy Virginia Vermont. Gusto en conocerle capitán- se presento con nosotros la madre de Cecil –Para serle sincera. No entiendo la urgencia, debe ser solo un resfriado o algo parecido.
-Con todo respeto madame, si así fuera no estaríamos aquí.
-¿De verdad es tan grave lo que tiene Elena?... a propósito… ¿como es que se enteraron?
-¿si me permite? …Yo vine en la tarde a entregarle unos paquetes a su esposo y Elena fue la que me atendió en ese momento. Note el deterioro de su salud- no tenía que dar más detalles sobre la tarde que pase con su hija. Al menos no me pareció prudente.
-Esperemos que no sea lo que nos tememos señora Vermont- lo dije con toda la honestidad del mundo, tanto por Elena como por Cecil.
En ese momento entro Cecil. Tenía los ojos rojos e irritados. Era obvio que estuvo llorando.
Llego a donde nos encontrábamos con la mirada clavada en el piso y un poco encorvada.
Por un momento me asuste. Le hice caso ha mis impulsos, así que inmediatamente me acerque a ella.
-¿Cecil?...- no me gusto verla destrozada, y me imagine el peor de los motivos de su tristeza.
-Edward!!...- menciono mi nombre mientras las lagrimas surcaban sus mejillas y la ansiedad inundaba su voz – Elena… empeoro de un momento a otro, yo… debí llamar al doctor cuando… soy una tonta… yo... yo…
No lograba decir nada coherente. Le frote los brazos con mis manos, para calentarla, ya que al momento de tocarla estaba helada.
-Tranquila…- le dije en voz baja, la abrase y ella se aferro a mis ropas hecha un mar de lagrimas.
-¿Qué sucede Cecil?- al fin pude ver en el rostro de la señora Vermont un aire de verdadera preocupación y mucha ansiedad por ver a su hija en ese estado.
Apareció el doctor Stuart Saliendo del cuarto de Elena. Estaba pálido y podía notar en su mirada lo alarmado que estaba.
-¿Qué sucede Doctor Stuart?- se anticipo mi padre
-Es la primera muerte en la ciudad por el virus. Al menos la primera que se localiza- dijo con un hilo de voz.
Cuando el Doctor hablo, Cecil se aferro más a mí y lloraba desconsolablemente; la abrase lo más fuerte que pude.
Sentí como sus fuerzas se iban desvaneciendo hasta que se desmallo en mis brazos.
Rápidamente la cargue y el doctor me dijo que la depositara en el sillón de la sala. Su madre se asusto e inmediatamente se arrodillo a un costado de su hija, mientras que el doctor la asistía.
-Es solo un desmayo por la impresión de la noticia. Ella estará bien. Ho… al menos eso espero- en la última frase, el doctor bajo el volumen de su voz.
-¿Qué?- dije casi en un susurro, pero cuando el doctor pronuncio la ultima frase, inmediatamente sabía a que se refería.
Cecil era la persona que más había estado con su nana desde el día en que llegaron. Y según los datos que nos había proporcionado el doctor Stuart del virus, se contagiaba muy fácilmente.
Fui consciente de lo que me rodeaba. A Cecil recostada y a su madre de rodillas junto a ella, a mi padre con la alarma mezclada con preocupación, aun que en su postura se notaba el entrenamiento militar que tenia, y al doctor Stuart con la vista clavada en la mujer con su hija en el sofá y con una expresión pensativa y preocupada.
Puede imaginarme el panorama que me provocaron las últimas palabras del Doctor. Aun que quise deshacerme de las imágenes al instante. Cecil no podía enfermar, era muy joven y buena para tener esa mala suerte.
Mi padre me saco de mis pensamientos agitándome por el brazo. Por el tono que empleo, pude darme cuenta de que no era su primer intento por traerme de vuelta de mis pensamientos.
-¿! Edward!?... ¿estás bien?
-¡Sí! Si… estoy… bien…- tartamudee
-Lamentamos mucho su perdida, pero debemos tomar medidas madame, tendré que preguntarle a todas aquellas personas que habitan esta casa, para ver si no muestran algún síntoma- Explico el Doctor.
La señora Vermont lloraba mientras observaba al doctor hablar, y tomando la frente de su hija.
-¿Qué es lo que sucede?... ¿de que murió Elena?... ¡¡¡Exijo que me digan que es lo que está pasando!!!...
-No servirá de nada que se altere, debe estar en calma. Se lo explicare con detalles- respondió el doctor con un tono firme.
-Lamento mucho todo esto, pero nosotros debemos retirarnos, tenemos que encargarnos de la oficina de correos. Doctor, vendré después de encargarme de ese asunto, por favor, manténgame informado de lo que pasa- pidió mi padre.
-Esto es serio Capitán. Debemos empezar a circular en la ciudad la información, para que la gente acuda al hospital. No sabemos si ya ha habido más muertes o más enfermos por esto- agrego el doctor.
- Me encargare de eso a primera hora. Pierda cuidado doctor. Ahora nos retiramos. Regresare más tarde… ¿Edward?
Me llamo mi padre para que lo siguiera. Por un momento no quise salir de esa casa, pero sabía que debía apoyar a mi padre en lo que necesitaba.
Salimos a toda prisa en los caballos, hacia la oficina de correos. No podía sacar la imagen de mi mente de Cecil, con la apariencia que tenia Elena esta mañana.
¿Qué pasaría si había más contagios? Y ¿si había más muerte por este virus? ¿Realmente podríamos controlarlo?... CONTINUARA
No snif snif, se viene la epidemia!! jeje, por cierto ¿se han ido fijando más o menos como esta presente el don de Edward en esta vida? Espero que si lo hayan notado.
Para saber que más pasa antes de que Edward y su familia ingresen al hospital y aparezca Carlise no se pierdan el siguiente capitulo el próximo miércoles, aquí en su blog favorito, nos vemos el viernes con más historias, mitos y leyendas.
No olviden sus comentarios.
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