Historias, mitos y leyendas

Hola queridos Twilighters!!

Vengo de rápidito, pero les dejo el nuevo capitulo de nuestra nueva historia El Inicio de la Eternidad de nuestra fan del mes Angel Azul.

Recuerden que es la historia de Edward antes de ser vampiro.

Disfruten de este nuevo capitulo.

EL INICIO DE LA ETERNIDAD Capitulo 3
La casa del gobernador

-Buenos días muchacho. ¿En que puedo ayudarte?- me pregunto una señora abriendo la puerta cuando toque la campana de la casa.
Pude notar que la señora se veía muy cansada, no era una mujer muy mayor, pero se veía algo enferma, tenia ojeras profundas, la nariz un poco rojiza y los ojos un tanto vidriosos e irritados. Podría tener la edad de mi madre, tal vez uno o dos años más que ella.
-Traigo correspondencia para el señor Frederick Vermont- Dije, mostrando los tres paquetes, cada uno del tamaño como de una caja de zapatos.
La mujer que estaba asomada desde la puerta de entrada, comenzó a bajar las escaleras que llegaban hasta la reja. No eran muchos escalones, pero pude ver que hacia un gran esfuerzo por bajarlos a prisa.
Comenzó a toser cuando llego a donde yo me encontraba, me abrió y pude notar que su respiración se agitaba cada vez más, así que entre para ayudarla.
Seguía tosiendo mucho y su rostro palidecía, se tocaba el pecho con ambas manos.
-Respire por favor…- le pedí a la mujer.
Se sentó en el último escalón y yo me arrodille para brindarle apoyo.
–¡¡Nana!! – gritaron desde la puerta de entrada.
La joven se acerco a donde me encontraba con la mujer en el escalón, se arrodillo del otro lado y sujeto a la mujer de las manos.
-¿estás bien nana?- le pregunto la joven a la mujer con un tono de clara preocupación y ansiedad.
-Ya… esta… pasando… - respondió entrecortadamente la enferma con los labios pálidos y con sudor en la frente.
- Sera mejor que la llevemos adentro- me atreví a sugerir.
-¡¡¡Claro, claro!!!...- me apoyo aquella chica.
Tome a la mujer por la cintura para poder levantarla, era una mujer menuda, así que la cargue para llevarla al interior de la casa.
-Por aquí esta su habitación-
Me guío la chica hacia unas escaleras que iban hacia abajo a un costado de la entrada de la cocina. Entramos a su habitación no muy grande. La recosté en la cama y la joven la tapo con una frazada.
-Llamare a un doctor- dijo la joven.
-No, no no… ya estoy mejor Cecil. Solo necesito descansar un poco- contesto la mujer, en cuanto la chica menciono al doctor.
-No nana, no estás bien y me preocupa que sigas así- le discutió la chica a la mujer en la cama.
-Es solo que no he descansado lo suficiente desde que llegue de Kansas. Es solo eso hija, no te angusties-
La enferma quiso consolar a la chica que se encontraba a un lado de su cama, sujetándole la mano izquierda.
-¿Estás segura nana?- le pregunto con un tono de preocupación y ansiedad en la voz.
Pero la mujer ya había serrado sus ojos y se había quedado dormida. La joven arropo a la enferma, dio media vuelta. Cuando me vio parado a un costado de la puerta se acerco a mí.
-Muchas gracias por ayudarla. No se encuentra bien de salud como ya se ha dado cuenta- dijo la chica.
-No es molestia señorita-
-Pero que descortés soy. Me llamo Cecil Vermont. ¿Y usted es…?-
Estaba un poco atolondrado así que me tarde en contestar
-he… lo siento. Edward, me llamo Edward Masen… señorita.- por fin respondí.
Me extendió la mano – Mucho gusto Edward. Debo darle las gracias de nuevo. ¿Puedo hacer algo por usted, ya que me ha ayudado con mi nana?-
-No señorita, gracias de todos modos, debo irme. Solo vine a entregar unos paquetes para el seño Frederick Vermont-
-Claro, es mi padre- volteo a ver a la mujer en la cama - Subamos y dejemos descansar a Elena- susurro.
Le cedí el paso para que avanzara por la escalera, la seguí serrando la puerta detrás de mí.
-¿puedo ofrecerle una taza de té o algo de beber Edward?-
Cecil Vermont era muy joven, muy bella y tenía una ternura en el rostro que doblaba a cualquiera. Era delgada, de piel blanca, cabello largo y obscuro, ojos color café y debo de resaltar que era muy amable.
-No gracias. Debo volver a la oficina de correos- conteste rechazando su amable invitación.
-Entiendo. Será para la próxima- dijo Cecil.
-Con gusto señorita. Compermiso- Me disculpe al dar la vuelta y regresar en mis pasos hacia la puerta de entrada.
-¿joven Edward?- me llamaron cuando estaba a punto de salir por la puerta. -¿Dejara los paquetes para mi padre? O ¿prefiere entregárselos usted mismo?- me pregunto Cecil, ya que aun seguía con los paquetes en el morral.
¿Qué me estaba sucediendo?... Jamás era tan distraído
-pues… Creo que…- ¿Por qué me trababa al hablar?
Cecil tenía una sonrisa en los labios cuando me gire para mirarla. No pude evitar reírme por mi torpeza y ella hizo lo mismo.
-lo siento señorita Vermont… tal vez el hecho de ver a su nana enferma, me afecto un poco. Me tomo por sorpresa- quise justificarme.
-Ya veo… no tenga usted cuidado. Y si no es mucho mi atrevimiento, le pido que me llame solamente Cecil.-
Fue extraño que a solo unos minutos de conocernos una chica me pidiera que le llamara solo por su nombre, pero éramos casi de la misma edad y me inspiraba mucha confianza así que acepte.
-Como usted guste Cecil- conteste cortésmente y aun con los paquetes en el morral.
-De acuerdo Edward. Si gusta deje los paquetes en aquella mesa- señalo una mesita que estaba en un costado del recibidor.
Me acerque a donde Cecil me indico, deje los paquetes y le pedí que me firmara un papel de recibido.
-Muchas gracias Edward, me dio mucho gusto conocerle. Acabamos de llegar hace poco y no había conversado con nadie más, que no fuera el gobernador y su familia. No me malinterprete, es solo que es agradable conocer a alguien nuevo-
Me quede mirándola con los ojos abiertos
-Estoy hablando mucho ¿verdad?- confeso, con la mirada puesta en mí y con gesto gracioso.
No pude evitar reírme un poco y ella hizo lo mismo.
-Tal vez un poco Cecil- le respondí con una sonrisa amable
-¿Es muy necesario que se vaya tan pronto?, no hay nadie en la casa, y no me quisiera quedar sola con Elena enferma-
No era lo más correcto que yo me quedara en la casa y con ella prácticamente solos, pero tampoco me agradaba el hecho de que se quedaran solas... CONTINUARA


Jeje, lo siento pero esta última parte me dio risa, tan educado como siempre Edward. No se ustedes pero yo sospecho que Carlise pronto aparecerá, ¿ustedes que opinan?.

De cualquier modo para quitarnos de dudas, no hay que perdernos el siguiente capitulo, aquí en su blog favorito y claro nos vemos con más historias, mitos y leyendas.

No olviden sus comentarios.

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